La responsabilidad social corporativa es un término muy “pesado” desde la perspectiva de su percepción por los ciudadanos. La realidad es que las personas que damos vida a las empresas, tenemos en nuestra mano, y estamos obligados, a “hacer las cosas bien” – o, al menos, intentarlo.
Nuestro informe de responsabilidad social corporativa de este año aspira a contaros de una manera muy sencilla cómo estamos haciendo las cosas y qué metas nos hemos fijado para mejorar aquellas que son objetivamente mejorables.
Como ya definiéramos hace un año, proseguimos nuestra actividad anclada en tres pilares: el uso responsable de los recursos, nuestra contribución al desarrollo rural y al de nuestras comunidades. Estos tres pilares se sustentan en la filosofía básica de los principios clásicos de la economía circular: “reutilizar”, “renovar”, “reducir” y “reciclar”. Y todo ello con un enfoque amplio que mira hacia quienes integran la cadena de valor de nuestros productos y coproductos, poniendo especial foco en los remolacheros – proveedores de nuestra materia prima local – y nuestros clientes, que son, a su vez los proveedores de millones de consumidores en nuestro país.
A todos ellos dirigimos nuestros esfuerzos en innovación, aspecto que es y será en los próximos años, la piedra angular de nuestro desarrollo como compañía. Trabajando juntos y buscando objetivos comunes.
Os invitamos a que veáis de primera mano en qué se traduce todo esto en nuestro informe de responsabilidad social corporativa – este año damos carpetazo al papel –.
Por último, y hablando de “hacer las cosas bien” también os queremos compartir un premio. Además de llenarnos de orgullo como personas y profesionales, nos parece el momento perfecto para que todos nos comprometamos con las cosas bien hechas, hoy y siempre. Más información sobre el premio.